A las 5.30 nos despertamos y Javi dice que se queda y nos espera en Goriz. Yo debido al cansancio debería hacer lo mismo, pero me fuerzo a subir hasta que pueda, así que Gomez y yo empezamos a subir la escupidera a eso de las 5.45, y la verdad, nunca me había costado tanto subir algo menos de 400 metros de desnivel. Gomez no parece tan cansado y le digo que suba solo, que arriba nos vemos, pero me espera y en la última parte ya sube solo.
A las 6.30 estamos arriba, justo para ver el sol salir. Creo recordar que había una persona.
Vista del Lago Helado y el Cilindro desde la cima del Monte Perdido, 3355 m
Añisclo.
Sombra del Perdido en el horizonte
Zoom del Taillón.
Vignemale
Vamos en dirección al Añisclo por la ruta de las escaleras y en uno de los destrepes, el más largo, me atasco en un paso. No quiero forzar porque el cansancio me limita bastante, así que decidimos dar media vuelta y volver a pasar por el Lago Helado a recoger a Javi.
Volvemos a pasar por el Perdido, y aquí nos encontramos con unos que nos hacen una foto.
Hago otras fotos.
Taillón.
Y bajamos a por Javi, que aún sigue durmiendo plácidamente. Foto del vivac y Monte Perdido con escupidera.
Ya en la bajada nos encontramos caravana de gente subiendo al Perdido, y alguna que otra marmota observando a los montañeros, la verdad, estaba entretenida con tanta gente.
Bajamos rápido a la pradera de Ordesa, parando un rato en Goriz y asombrándonos de cómo había grupos que salían del refugio a las 11.30 de la mañana para subir al Perdido con el jersecito atado a la cintura, una cantimplora en la mano y deportivas...en fin.
Ya en el valle de Ordesa, lo de siempre, caravanas de gente por ser Sábado y Agosto, y con un aliciente: un calor insoportable, que unido a la fatiga que llevábamos, nos hizo un poco dura la vuelta. Esa misma noche cayó una tormenta de tales dimensiones que un grupoo de escolares se quedaron aislados. Así que tuvimos bastante suerte.
Itinerario realizado día 3 en rojo.
Bajamos rápido a la pradera de Ordesa, parando un rato en Goriz y asombrándonos de cómo había grupos que salían del refugio a las 11.30 de la mañana para subir al Perdido con el jersecito atado a la cintura, una cantimplora en la mano y deportivas...en fin.
Ya en el valle de Ordesa, lo de siempre, caravanas de gente por ser Sábado y Agosto, y con un aliciente: un calor insoportable, que unido a la fatiga que llevábamos, nos hizo un poco dura la vuelta. Esa misma noche cayó una tormenta de tales dimensiones que un grupoo de escolares se quedaron aislados. Así que tuvimos bastante suerte.
Itinerario realizado día 3 en rojo.
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